Solo tú, sabes bien lo que eres para mí, / Y hoy te vas a donde yo dudo te quieran mas, / Creo saber, el motivo de tu absurdo proceder, / Es allá donde existe otro perfume de mujer.
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Y tú que te creías / el rey de todo el mundo; / y tú que nunca fuiste / capaz de perdonar
Me da tristeza / Y verguenza contarles / Que por torpeza / Yo fui a enamorarme
Yo no tuve la suerte de ser / No, no, no / Tu vida / A tu madre no le interesé
Hasta que vuelvas / No habrá una rosa que abra en la mañana / No asomará la luna en mi ventana / Seré la sombra de tanta ausencia
Sevilla tuvo que ser, / Con su lunita plateada, / Testigo de nuestro amor, / Bajo la noche callada.
Despiértate, Carmen María, / Ya viene el autocar, / Que al colé, te va a llevar. / Ahí tú podrás,
Tu que andas con el, / Tienes que escuchar / De mi corazón, / Lo que siente hoy.
Amor ya es la hora, / Mírame y dime por última vez, / Que cruel es la vida, que triste es, / Pensar que nos amamos y
Cuando decidas tú volver / Estoy a tu disposición. / No más no quiero que después / Me digas otra vez adiós.