Todos los domingos se va a la iglesia, / y en el primer banco ella se sienta, / cuando el sacerdote dice la misa, / una luz se enciende en sus mejillas,
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Nada, nunca nada, te negaba / porque estaba realmente enamorado / te entregué mi corazón ilusionado / mientras que mi amor migajas tú me dabas.
Nunca sospeché, ni llegué a pensar / no podía creer, no quería creer / lo que sucedió. / Poco a poco fue demostrándome
Fui, tu gran amor, / Tu eco, tu voz / Tu amanecer, / Fui el compañero de tu ayer.
Yo tenia 11 años cursaba sexto, / y en mi vida solo eran libros y cuentos / y aun recuerdo en el patio del colegio / a una linda muchachita de ojos negros;